
Al hablar de “The Back Room”, no puedo dejar de imaginar ni de escuchar en mi mente una constante de melodías de guitarras que emulan sonidos tan ligeros y a las vez con una potencia dantesca, las cuales crean ritmos que por instantes son capaces de transportar cualquier momento a la tranquila Ciudad del Tar.
Guitarras, por momentos, tan dulces como violines, crean una atmosfera despejada de toda la distorsión que puedan tener estas mismas...